sábado, 27 de septiembre de 2014

"Te voy a dejar" Adriana Retana

Tengo roto el corazón.
Necesito ser libre, necesito olvidarte, necesito seguir adelante. 
Ya no puedo ni quiero esperarte más. Esto es tal vez lo más doloroso que haya tenido que hacer en mi vida, pero le tengo que decir adiós a nuestro amor.
Esto no significa que no te ame, eso siempre lo haré. Solo que no es el momento adecuado, no es tu culpa ni la mía. Tal vez en un futuro... o tal vez no. Uno nunca sabe. 
Tampoco significa que deje de ser tu amiga o tu compañera, te prometí que siempre lo haría y yo cumplo lo que digo. 
Perdona todo el daño que pude causarte, sigo tratando de perdonarme a mi misma por ello.
Pero ya no más. Con lagrimas en los ojos y el corazón en la mano lo he decidido: te voy a dejar.

lunes, 8 de septiembre de 2014

"Ojos que lloran y luego arden: mi explicación" Adriana Retana

Ya antes había notado una cosa muy curiosa que me ocurre pero que había olvidado, hasta que hoy de nuevo se presento.
Soy una persona sumamente sensible, es decir lloro por casi todo. Unas veces lloro poco y otras mucho, pero nunca pasa de ahí. A diferencia de lo anterior, hoy, aproximadamente media hora después de que llore me empezaron a arder excesivamente los ojos. Debo recalcar que esto nunca ocurre. Era una sensación tolerable pero aun así molesta y más que nada era algo olvidado. 
La primera vez que en serio me rompieron el corazón llore a mares durante semanas y en todo momento: siempre terminaba con los ojos ardiéndome. Yo supuse que era lo normal por tanto llanto, nunca antes me había ocurrido así. Después el dolor fue desapareciendo y deje de llorar. Seguí con mi vida.
Pero hoy, después de llorar, de nuevo sentí ese ardor en los ojos tan característico de aquella ocasión. Lo curioso es que de nuevo tengo el corazón roto, decidí permitírmelo por un momento después de semanas de no hacerlo. Claro que había llorado antes por este desamor actual, pero lo había hecho sin sentir mi corazón. Justo hoy pude volver a tenerlo aunque sea un instante y pude llorar como se debe para poder sanarlo. Necesito mi corazón de vuelta, necesito llorar y curarlo. 
Explicado lo anterior y después de mucho pensar, he formulado una conclusión: solo posterior al llanto debido a mi corazón roto, mis ojos arden. Ahora, mi teoría es que, por lo menos para mi, tener el corazón partido en dos ocasiona que mis lagrimas se alteren y dejen de ser agua para ser ácido. Esta es la forma en que mi corazón se lava y se cura a sí mismo. 

domingo, 7 de septiembre de 2014

1 Corintios 13; La preeminencia del amor

La preeminencia del amor
13  Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.
2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.
3 Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.
4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;
5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;
6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.
7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
8 El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.
9 Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos;
10 Más cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.
11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño.
12 Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.
13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.
1 Corintios 13